Picota de Presencio

Picota de Presencio

viernes, 28 de enero de 2011

LO NECESITO

En el tiempo de espera previo a la entrada al comedor, y con la copa de cerveza en la mano, un compañero y amigo me preguntó: ¿crees en Dios? Mi respuesta fue: lo necesito.
Extrañado por mi respuesta: calló. Note que no fue la que él esperaba. Hoy, en este escrito, voy a exponerle, escuetamente, mi forma de pensar.
La ciencia está demostrando, cada día con más pruebas, que todos los seres vivos que poblamos la naturaleza venimos de bacterias que se desarrollaron según el medio en que les era más propicio; pero se sigue sin saber qué es lo que da la vida a esas bacterias. ¿Qué da la vida a los espermatozoides, que tantos sustos nos han dado?
Desde tiempo inmemorial los seres humanos, víctimas de la ignorancia, han temido, necesitado y adorado algo que creían superior: sol, luna, estatuas, piedras, animales, incluso historias de seres superiores.
La venida a este mundo de seres con una inteligencia muy superior al resto, con su don de palabras, pensamientos y obras, capaces de marcar un camino a los seres humanos en sus respectivos tiempos y lugares; seguidos después por hombres que basándose en la vida y pensamientos de éstos seres superiores han creado doctrinas, templos, formas de pensar, reprimir, matar, etc.
Todos creyéndose ser únicos en posesión de la verdad, han provocado que los seres humanos, aun hoy, estemos divididos y subdivididos en múltiples dioses y creencias. Todos ellos imponiendo su soberbia e intereses, autoproclamándose herederos e intérpretes de las palabras de sus dioses, obligando e imponiendo a los pueblos usos y costumbres que ofenden a la inteligencia, siempre con la amenaza de un dios vengativo.
Lo que vivido, leído y pasado en mi vida, en la que he tenido momentos de preocupación, dolor, angustias, depresión, desesperación, éxito, etc.; y sin ser teólogo, estudioso, conocedor, ni religioso siempre he recurrido a ese Ser Superior al que, en silencioso monologo, cuento mis preocupaciones, al que pido ayuda, al que pido que me conduzca, al que pido perdón por errores y daños que he podido cometer, etc.
Resumidamente, sin más complicaciones, como corresponde a una persona sencilla, humilde, y sin meterme en estudios teológicos en los que hay tantísimas diferencias de opinión, y que a lo largo de mi vida han tratado de convencerme de que sus opiniones son lo mejor para salvarme, tomé la decisión de aislarme de todos.
Igual que lo necesitó el hombre más primitivo, sin pensar si existe o no, si es de ésta o aquella religión, sin pedir la gloria, sin pedir nada a cambio, sin temor a ser juzgado en otra vida, creo que ese Ser Superior y Único me dicta la ley de:” Evitar hacer daño a los demás.”
En El he puesto mi esperanza, y en el momento que me acerco al ocaso de mi vida, más lo necesito.
De ahí mi respuesta a mi amigo: ¡¡ lo necesito!!
Amador Frias

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