Picota de Presencio

Picota de Presencio

lunes, 1 de septiembre de 2014

RIPIOS A UN “SUCEDÍO”.


Es grande negra y oronda,
La rica morcilla de Ronda.
Como el “cipote” de Archidona,
Deslumbrante ella en Mercadona.

Bocado exquisito piensa el Decano,
Que tras la cata, nos comenta ufano.
Miklos le ofreció el descubrimiento,
Que él, le agradeció con sentimiento.

Mas cuando el manjar se acabara,
Él mismo, una más se comprara.
Sólo tapeando la había degustado,
Hasta que, de cena hoy lo ha intentado.

Con crecida y alta preocupación,
De ello, al Bardo y Miklos hace mención.
-“En bocata anoche la tomé,
Y  doy fe, algo raro noté“-

Fue como una pesadilla,
Picores sentí en el brazo.
¿Será por la morcilla acaso?

Miklos piensa y apostilla:

¡No, son los mosquitos, Paco!
¡Paco, que son los mosquitos!
La negra produce otra cosa,
Y … a otra cosa mariposa.


EL BARDO.

sábado, 2 de agosto de 2014

RIPIOS: Los Tres mosqueteros y un tal D’artagnan.

El equipo de Marbella, frecuentemente se reúnen a desayunar, y como es natural son asiduos a un mismo local. En este ámbito se establecen conversaciones con otros clientes e incluso se fraguan amistades.
              En el caso presente nuestros amigos, han establecido contacto con un señor, que al tratarlo ha resultado ser un  actor francés y que además ha interpretado a D’artagnan.
              Poco a poco nuestros amigos han protagonizado anécdotas en común, que nuestro Bardo plasma en unos ripios. No obstante, en los versos aparecen  ciertas reivindicaciones del poeta, con respecto a nuestro calvo Decano, que Miklos  observa y celebra con astuta ingenuidad y sonrisa cómplice.

RIPIOS: Los Tres mosqueteros y un tal D’artagnan.

Todos para uno,
Uno para todos,
Pacto de amistad
Promesa de fidelidad.

Viene esto a colación,
Por la reciente relación
Con Edgard que se llama,
El último D’atagnan.

Siendo los mosqueteros,
Ellos, los tres compañeros,
Habituales en desayunos,
Los tres y el uno.

Es ritual devoto,
Rellenar la bonoloto.
Tras café, churro o tostadas,
Las tres firmas posdatadas.

Más el Bardo comprobare,
Que si él faltare,
Aflorare el egoísmo.
El relleno, no es lo mismo.

Frágil de memoria,
Sólo dos los firmantes,
El tercero es Historia.
Déjanlo fuera, los muy tunantes.

Pero en el desayuno siguiente,
Estando ya presente,
Se descubre el pecado.
¡Menos mal que no ha tocado!

El costo elevado,
La duda nos ha creado,
Eran casi cero setenta,
El Decano argumenta.

 Miklos asiente con descaro,
Cierto, el precio harto caro.
Pero si hubiese tocado,
De tu parte, lo habríamos descontado.

Risas de cómplices traidores,
Disculpa pecadores.
La risa al Bardo han contagiado,
Y él, también los ha acompañado.

                                      EL BARDO