Picota de Presencio

Picota de Presencio

lunes, 24 de enero de 2011

EL PROCRASTINADOR

El adjetivo calificativo: “procrastinador”, tiene su origen etimológico en el verbo latino: ”procrastinare”( diferir o aplazar). En “román paladino”, definimos en nuestra actual sociedad al procrastinador como: el individuo que ejecuta la acción de ir dejando las cosas para otro momento, día u ocasión; esta situación no hace desaparecer de la mente esa tarea por arte de magia. El procrastinador es frecuente entre profesionales que realizan trabajos intelectuales, en los que la concentración es un acto de voluntad del profesional. Rara vez se presenta en profesionales que ejecutan trabajos manuales, o utilizan algún tipo de herramienta o instrumento, la causa está en que el uso de la herramienta, les exige toda su concentración.
La mayoría de profesionales que realizan trabajos intelectuales, sean de creación o rutinario, o que les exijan tomar  decisiones, han sido afectados por este hecho, y cuya tentación se presenta de forma permanente. Personalmente reconozco que alguna vez he sufrido este mal. No obstante existen individuos, en los que “procrastinar”, es una actitud vital, demoran todos los trabajos, cuya ejecución afrontan cuando el plazo está cumplido o, a punto de finalizar. En ese momento trabajan atropelladamente y justifican que su mayor productividad se produce cuándo están bajo presión. El fenómeno también es frecuente entre el estamento directivo, cuyos retrasos y demoras en las decisiones producen perjuicio y pérdidas a las empresas.
Aparte de los casos descritos existe el procrastinador profesional, que generalmente se rige por diez principios, que se exponen a continuación:
1º.- Quejarse constantemente de estar abrumado.
2º.- Pasear por la oficina con un folio escrito, para que su expresión facial y corporal cobren apariencia de urgencia.
3º.- Nunca limpiar de papeles y expedientes la mesa del despacho o cubículo.
4º.- Enviar e-mails. Parece trabajo, aunque los destinatarios sean familiares o amigos.
5º.- Si utiliza lentes, no olvide dejar unas sobre el trabajo, cuando se ausente de forma injustificada.
6º.- Si tiene ganas de hablar, en el lugar de trabajo, hable con su jefe y si es el jefe, monte una reunión con sus subordinados. El tema a tratar es lo de menos.
7º.- Envíe muchos mensajes de voz, a sus compañeros de trabajo; crean sensación de gran actividad.
8º.- Asegure de involucrarse en proyectos ambiguos, escoja proyectos de consultorías, asesorías y participe en reuniones. Evite las que determinen tareas con fecha de terminación.
9.- Siempre que pretenda no hacer nada, o dormir en el despacho, sitúe su sillón de espaldas a la puerta o cubículo.
10º.- Despotrique de su trabajo tanto como pueda, ésto está considerado como trabajo, aún cuándo sea divertido.
Si sigue al pié de la letra los diez principios, será Vd. un perfecto procrastinador y será candidato a la picota de su oficina. Ahora si es el jefe, asegúrese de tener unos negros subordinados, bien domesticados y que le sigan la corriente.
HERODOTO

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