Picota de Presencio

Picota de Presencio

lunes, 24 de enero de 2011

SINFONÍA

Entendiendo por Sinfonía, el conjunto de voces, de instrumentos, o ambas cosas que suenan a la vez en acordes de entonación gratamente musical, y que puede tener una utilización parental, por ejemplo, como Sinfonía de colores, cuando se refiere a coloridos acordes o armonía de colores, se me antoja posible también por simple mimetismo o como sinónimo a la vez, la expresión de "Sinfonía de palabras".

Esta "osadía" me la produce, la simple reflexión de poder ensalzar de alguna manera la riqueza que manifiesta una comparación imaginaria entre lo musical y lo escrito.
Si parto de la base del origen creativo que puede cifrarse en la utilización de tan sólo siete notas musicales que son las componentes de la escala, acompañadas de otras cinco variantes, bemol, natural, sostenido, mayor y menor, cifrando un total de doce elementos, que pueden dar lugar a infinitas combinaciones para mayor deleite del oído humano, me preguntaba yo ¿por qué no considerar sinfonía a la magnificencia de infinitas "infinidades",que pueden surgir de la palabra, siendo el vocabulario muchísimo más rico en elementos que los doce antes considerados?, me respondo a mí mismo afirmativamente porque, a mayor deleite no sé, pero al menos a deleite en sumo grado, sí que estoy seguro que la palabra tiene cabida.
Cuando me sitúo, en la diversidad del verbo, en la imaginación de mentes preclaras, en la pericia del ingenio que el juego de palabras arroja con atención sublime a los sentimientos que emanan del corazón, o en la ironía que aportan situaciones que la misma vida te propone, hilvanadas todas por una batuta en manos de quien con sabia dirección utiliza ese hilo invisible e indestructible de mayor fiabilidad que el sedal del pescador, los acordes de, quiero llamar, esa Sinfonía, se dirigen sin demora a los oídos abiertos que sólo se alojan en el alma.
Por eso cuando me topo con pensamientos como algunos que ahora te traslado no puedo menos que sentirme " generoso "y tratar de compartir contigo los acordes de esta Sinfonía.
Hace referencia a la comida, cosa tan natural y cotidiana pero que conjugada con palabras atinadas, mira "como suena".
"Una operación que tiene lugar dos o tres veces al día, y cuya finalidad es alimentar la vida, merece seguramente todos nuestros cuidados. Comer un fruto significa hacer entrar en nuestro Ser un hermoso objeto viviente, extraño, nutrido y favorecido como nosotros por la tierra; significa consumar un sacrificio en el cual optamos por nosotros frente a las cosas. Jamás mordí la miga de pan sin maravillarme de que ese amasijo pesado y grosero pudiera transformarse en sangre, en calor, acaso en valentía. Ah! ¿Por qué mi espíritu, aun en sus mejores días sólo posee una parte de los poderes asimiladores de un cuerpo?”
¿Puedes como yo oír esa música en tu alma?. Pues sigue un poco más oyendo.
"El vino nos inicia en los misterios volcánicos del suelo, en las ocultas riquezas minerales;
Una copa de vino bebida al mediodía, a pleno sol, o bien absorbida una noche de invierno, en un estado de fatiga que permite sentir en lo hondo del diafragma su cálido vertimiento, su segura y ardiente dispersión en nuestras arterias, es una sensación casi sagrada, a veces demasiado intensa para una cabeza humana."
¿Te vas acostumbrando a esta partitura?, una más y te dejo meditar.
"Los cínicos y los moralistas están de acuerdo en incluir las voluptuosidades del amor entre los goces llamados groseros, entre los goces de beber y el de comer, y a la vez, puesto que están seguros de que podemos pasarnos sin ellas, las declaran menos indispensables que aquellos goces. De un moralista espero cualquier cosa pero me asombra que un cínico pueda engañarse así. Creeré en esa asimilación del amor a los goces puramente físicos (suponiendo que existan como tales) el día en que haya visto a un gastrónomo llorar de deleite ante su plato favorito, como un amante sobre un hombro juvenil. De todos los juegos, es el único donde el jugador se abandona por fuerza al delirio del cuerpo".
Tengo más partituras de este mismo concierto, por lo que si te gusta te regalaré alguna que otra, en mejor ocasión.
He de confesarte que me apasiona esta música, que si es acompañada de otro concierto real, ya transporta a la gloria, para mí con rasgueo de guitarra.
EL BARDO

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