Tres veces sopla el pregonero sobre la ensalivada boquilla de su, más cabreada que ronca, trompetilla….
Por orden del Zarco-Alcalde se pone en general conocimiento:
Que en no entendiéndose el anterior bando, puntualiza en éste:
No fui yo, sino otro
El que tomó mi pluma,
Se nota en su verbo,
Sin lírica ni pasión.
Yo en prosa no compito,
No me empeño en tareas
Que no dan ni parné ni brillo,
Y como a mi edad
Desgastarme no puedo,
De inmediato el guante devuelvo.
No fui yo, sino otro
El que ha hecho el roto.
Sin aguja e hilo
No hay remiendo
Y como de remendar se trata
No ando, sino troto
No en mula sino en potro
En pos del recosido.
Ripios pidió el bardo
Con su ripioso escrito,
Pues aburrido estaba
El personal en la grada.
Puso sal y pimienta,
Tomillo y romero,
Un poco de moruna yerbabuena
Dando sabor fresco y a menta
A su humilde pitanza.
Invitaba a comer
Y a llenar el plato de letras,
Y aunque su reto no acepto
Obligado me vi en avisar
De la ronda.
No hice - fue otro, lo juro-,
Decreto sino bando,
Ni ordeno ni mando,
Simplemente
El espíritu bardosiano
Traslado.
Dicho lo anterior,
Como si el alcalde verdadero fuera
Cúmpleme añadir
Para mi entendimiento:
Primero, lo del bardo;
Segundo, mi primer bando;
Tercero, el ripio herodotiano;
Cuarto, el ripioso franciscano;
Quinto, va por ustedes, este bando,
Y en llegando a donde he arribado
No sé si maldigo o aplaudo
Al provocador Viano.
Otra vez, año del Señor de 2011.
El Zarco-Alcalde (duplicado, by miklos)
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