Y por bien tengo cosas que relatar, acontecidas en la fecha que se indica. Expléndido día despejado, límpido cielo azul, trece horas en Canarias, ni una sola nube se apreciaba, fuéronse todas a León para ser recontadas.
Púseme en marcha, a lontananza esperaba el que alto cargo ostentaba, esperar no fuera nunca de su agrado, más ser él remolón era a veces su afición, por ello aceleraba, cumplir fielmente deseaba. Pláceme aseverar que en aquesta ocasión el mandatario en cuestión, apostado en esquinazo oteaba el horizonte a la par que con teléfono en ristre platicaba, con quien creyera que yo fuera, para ordenar que allí lo recogiera en vez de en su morada, pero al notar mi presencia, mirando al aparato ordenante, la sorpresa se hizo patente, ¡rediez !, ¿a quien pues requiero? si el interfecto está presente. A cualquiera el hecho preocupara, más él, jamás se inmutara. Por salir de la duda al otro preguntara, ¿quién sois vos?, y cuando se identificara, con naturalidad, como si nada pasara, saludó, algo le trasmitió y tan taranquilo se quedó. Hacer méritos con él es preciso, por tanto ofrecer agrios caseros recolectados en la mañana de mi árbol bondadoso, en sabiendo que a él se le hace gustoso, pláceme portarle con respeto. Como viera lo que trajera, sin pudor el regreso a su casa ordenara , dejar el obsequio en el frutero precisaba.
Travesía excelente, Miklos eficiente, comunicador prominente, actualidad de noticias y comentarios políticos y financieros aciertos permanentes, gozo de estadio, cómodo asiento, nevada perpétua y conocimientos transmitidos ¿algo más pudiere haber pedido?.
En ese menester estuvieran, cuando oteando FMO se encontrara, y una voz de una esquina sonara, venid oyóse al instante, agrupados ante la reja de una ventana un grupo de "polletones" de todos apreciados, jarra en mano y cual cuadro andaluz castizo, del enamorado arrullando a su pareja. Arremolinados todos, tapeando lo suyo, bebiendo cerveza y hurtando las gambas ajenas del otro lado de la reja, no de la niña de sus ojos, sino de un tío cachondo que al ofrecerlas, perdiose ya que la concurrencia, educada en apariencia, aceptaron la oferta, y de gambas ni los bigotes dejaron. De allÍ a la meta ninguna duda hubiere, los demás el sitio conocieren, no más peligro de va y vienes, en llegando al lugar todo fueron parabienes, que a gusto se estuviere en compañía de los que quieres. EL BARDO.
Si agrios son los frutos, dulce es su acogida, satisfecho y henchido de gozo es de natural fumar un cigarro, exalar bocanada de humo, ahumar el recinto, esparcir las cenizas, mecidas por el viento y recordar con ello, la "dulce navidad", con la caída de los copos blancos de nieve, el asiento trasero eso pareciera, y además la grata incertidumbre ¿ En el asiento o las alfombrillas caerá la lumbre?.
Primer etapa concluída, cambio de "carro" y conductor programado, asiento delantero ocupado, yo, denostado atrás, para aliviar el asiento de la supuesta nevada de ceniza, proctector avispado de los restos de la toba chupados,
Sin quererlo Miklos, olvidare el GPS, más con gesto pensativo asume de modo instintivo, sustituir el GPS referido, por e FMO, más listo, más cercano, incluso amoroso y decano, que conocedor de antemano del circuito requerido, perlando su brillante "casco", su intelecto pone en marcha para la idem.dirigir. Gira a la derecha,vuelve a la izquierda, de nuevo a la izquierda, está cortado por obras, no importa, vuelta a la rotonda, gira a la izquierda, sigue de frente cruza adelante, enfila la avenida y de vuelta al origen.
Percatóse el "conductor" de tan buena intención, no sólo era su deseo aparcar en el sitio, sino enseñar la ciudad a sus apreciados amigos. Como de los acompañantes no fuera esa su intención, con buen criterio Miklos, dos vueltas al ruedo dió, mas acontinuación haciendo propios sus impulsos y desobedeciendo a su FMO, giró guió y sin más ACERTÓ.
Segunda etapa, el maratón, pues no más aparcar el lugar tan cerca no estaba, FMO, informaba (conocedor de LA META), que casi mil metros faltaban. Cúponos la gracia de afrontar el desafío dos renqueantes de rodillas y un apolíneo, pero tocado de cadera, que informádonos ha. Pareciera el resultado de partido de fútbol, cojos 2, caderas 1.
Fuere el anfitrión Juan Gálvez, los demás consumidores y no solo invitare sino que además proveyere, trajere, pidiere las tapas y a todos abrazare, nunca mejor dicho aquella coplilla que decía, "al revolver de una esquina me dí de cara con él".....