Picota de Presencio

Picota de Presencio

lunes, 31 de mayo de 2010

EL TEMOR

Palabra cruel cuando se manifiesta. Cuando se presenta, cubre por entero toda la expectativa de la vida. Difícilmente puede superarse, algunas veces se consigue pero en la consecución harto laboriosa, siempre deja patente su estela, tanto en el que lo padece como el que lo acompaña. Su estigma yace siempre presente, su amenaza de regreso se encuentra flotando en el alma.

Tal como en una lámina transparente de agua en calma, es capaz de detectar el menor acoso de posado de una brizna volátil o insecto casi invisible en su superficie en reposo, mostrando perceptibles y magníficas ondas concéntricas que invaden el recinto en silencio, sin tregua, invadiendo por completo su estatismo, así cuando se acomoda en el cuerpo, poco a poco lo invade, lo deteriora y acaba matándolo. No consuela demasiado la expresión de benigno, aunque en verdad algo tranquiliza, pero si se trocara en maligno, debe existir inconformismo, ansiedad, la eterna pregunta... ¿Por qué yo? ¿Por qué a mi?. Está ahí presente como lo está el accidente, como lo está cualquier fallo repentino. Sin embargo, aunque todos sepamos que de un u otro modo, hemos de dejar este mundo, "el temor" es el peor de los motivos. La capacidad del nombre para superar tamañas controversias, hace pensar en lo sublime de la creación en lo complejo del organismo, en la perfección de la mente y en la predisposición al desenlace. Parece insufrible desde fuera, el corazón se comprime, ante la impotencia de dar vida a lo que más se quiere, por más que se sepa y se espere, el espectador cercano y amante ha de sufrir aparte, ha de mantener el espíritu optimista ante ellos y creo que llega un momento de contradicción impensable en que, el que lo tiene, se impone a la adversidad, se reviste de algo que podríamos definir como valor, que produce el efecto boomerang y torna a devolver la paz y aceptación de lo que, hasta ese momento, no tiene cabida en el corazón de los que más lo quieren.
Quizás la cercanía de lo desconocido haga que llegue un momento en que se reconforte, quizás el deseo de llegar allí nos estimule. Ojalá que sea así!!, ojalá!! que lo mejor nos esté esperando...
EL BARDO

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