Picota de Presencio

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lunes, 5 de marzo de 2012

CUERPO Y ALMA


Fue leer la frase del Dr.  Bach, "LA ENFERMEDAD ES UN CONFLICTO ENTRE LA PERSONALIDAD Y EL ALMA", lo que me provocó el deseo de reflexionar sobre los dos elementos, tan diferenciados y sin embargo tan estrechamente comprometidos el uno con el otro, como son el cuerpo y el alma.
Me hace pensar que en los momentos de mayor rabia en el cuerpo, se debe golpear la mano contra una roca - aunque se magulle-, antes que hacerlo a un niño o un inocente. La mano termina sanando, pero el alma de los que hubieran acabado recibiendo ese golpe injusto, quedaría marcada para toda la vida.
Cuando el alma recibe un golpe violento que no mata el cuerpo, parece sanar al mismo tiempo que aquel, pero solo es una apariencia. La herida del alma, lentamente empieza a manifestarse como una enorme contusión hasta llenarla entera de miedo y de dolor.
Ese instante de miedo o de dolor del pasado, hace que regrese la cobardía y el pesar cada mañana, memoria oculta en el alma.
Por contra, cuando el alma, se siente libre de rémoras penosas, (aunque sigue unida al cuerpo por un indeleble cordón umbilical), aprovecha el descanso del inconsciente de éste, y es capaz de abandonar momentáneamente su dependencia, para sentirse libre. Es capaz, de contemplar la balleza de una noche iluminada solamente por las estrellas. Es capaz, de viajar por los confines infinitos del espacio celeste. Es capaz, también, de habitar con su imaginación infinitos escenarios, los más deseados. Puede en fin, inhibirse del pesado lastre de la jaula material que le envuelve y le ata.
¡Que cielo sería esta tierra nuestra si el cuerpo pudiera seguir al alma en sus andanzas, con la misma facilidad que el alma se pliega al cuerpo!.
¿Será el alma la culminación suprema del cuerpo, frágil manifestación del dolor y el placer de existir?, ¿ o quizas, sea  más antigua que ese cuerpo modelado a su imagen, y solo le sirve, bien o mal, de instrumento momentáneo?.
¿Es válido imaginarla en el interior de la carne, establecer entre ambas esa estrecha unión, esa combustión que llamamos vida.?
¿Las almas tienen identidad propia?, ¿Pueden intercambiarse, pueden ir de un ser a otro?.
¿Ha de esperar prisionera hasta que la muerte del cuerpo la libere de su compromiso de sumisión?.
¿Es posible que la tristeza que transmite la ausencia de vida material, suponga la liberación y el gozo de ella?. Y la última gran pregunta:
-¿La disociación de su compromiso entraña a la vez el triunfo del espíritu sobre la materia?. ¿Es el alma libre la única solución para la felicidad completa.
 EL BARDO

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