Picota de Presencio

Picota de Presencio

sábado, 5 de marzo de 2011

EL

Ya desde su más tierna infancia fue una criatura singular, tenía un carácter creativo, era inquieto, despierto y atrevido.
Destacaba en cuantas disciplinas se lo proponía. Enseguida apuntó buenas maneras para el estudio y el deporte, sobre todo para el fútbol, cuando "apuntaba" a las espinillas del adversario, nunca fallaba.
Siendo ya un muchachote, en el colegio brillaba por su frescura de espíritu. Su singular y espontánea personalidad le granjearon sin excepción,( no se tiene en cuenta a algún que otro hermano marista), la simpatía de todos sus compañeros.
Esas innatas cualidades suyas le llevaron ya en pleno siglo XX, a proclamarse con toda justicia el ANTI-CRISTOBAL COLÓN, al conseguir Él solito, descubrir que en el mapa-mundi del colegio no estaba América del Norte, motivo por el cual, desenfundando sus dos Colts 45, al unísono, (cosa inédita hasta ese momento),permitió que apuntando hacia el techo de la clase los disparase a la vez , soplando con enorme sangre fría y tremendo dominio de sí mismo, el humo desprendido por sus revólveres. Enfundó con la celeridad del rayo,al mismo tiempo que coordinaba grácilmente el vaivén de sus caderas.
El entusiasta público presente le coreaba como un sólo hombre repitiendo sin cesar :"Sheriff mátalo, mátalo", con los ojos inyectados de sangre y el odio a flor de piel.
Esa prestancia y habilidad, le valieron el nombramiento secular de "EL SHERIFF", reconocido universalmente.
Pasaron algunos años más, adquirió el aspecto de mocetón, y como quiera que los exámenes del siguiente paso en su ascenso formativo habían de ser superados fuera ya del colegio, marchó raudo y veloz a Granada.
Ante el Tribunal compuesto para tales menesteres, presentose con toda naturalidad carente siempre de miedo o nerviosismo, su talante firme y osado se lo impedía, por la fuerza que le proporcionaba sentir el peso de sus revólveres enfundados.
No tuvo otra ocurrencia el mencionado Tribunal que preguntarle un tema insustancial y sobre todo "archiconocido" por Él, como era la signosis del motor de arranque, se le iluminaron los ojos, las mejillas se colorearon, se armó con una tiza, y precipitándose sobre la pizarra con soltura no exenta de una pizca de chulería, pintó un magnífico cuadrado, colocando armoniosamente en el centro un circulito para la introducción de la llave, supuesto elemento preciso para dar vida a dicho motor. Siendo como era "perfeccionista" en sus asuntillos, quiso ir por nota, y antes de volverse, encaró de nuevo el encerado y aportó la versión doble para casos de no haber llave. Esta vez, el cuadrado fue idéntico, pero el centro tenía el circulito algo mayor, con un par de aberturas añadidas en su línea del ecuador, que se justificaban, para dar cabida perfecta a la manivela.
Convencido de su hallazgo original, envió telegrama a su casa que decía: "Exámenes espléndidos, profesores entusiasmados, quieren que repita".
Aquel tropiezo le sirvió de acicate, en vez de deprimirse sacó pecho, trabajó sin descanso, clavó los codos sobre su mesa y su preclara mente empujada por una voluntad inagotable, le llevaron a superar cualquier barrera en su camino ascendente hasta conseguir los mayores logros por Él soñados.
Acabó su carrera con brillantez envidiable, superó sus conquistas, e incluso fué capaz de "engañar" a los catalinos, tarea nada fácil, que reconocieron su valía concediéndole el más alto galardón en su especialidad, con "olor de multitudes".
Ahí llegó el nombramiento, y la medalla, como "presunto" techo de sus méritos.
Pero hete aquí, que sus habilidades no han terminado, hemos podido comprobar con grata sorpresa y entrañable alegría, que Él, sigue cabalgando.
Qué ocurrente, qué narrativa, qué forma tan exquisita de hermosear un hecho tan... digamos cotidiano como el degustar unos callos!.
Nunca pude imaginar que el proceso detallado del recorrido impuesto, desde el escenario, la degustación, la ingesta , el proceso pulcro y detallado de semejante acto, pudiera aportar, conocimiento de alto calado científico por su prolija exposición digestiva, seguido por el acompañamiento sonoro que se desprende del relato. Primero en la circulación interna , y "ALUEGO", en la alta concentración gaseosa, (¿dulcifica decir etérea?), que junto con la sapiencia musical orquestada sin disimulo, recurriendo a su vasto conocimiento de los "Alegrettos, Arias, Intermezzos y rematando en Cantata ", nos hicieron vivir con toda actualidad y casi presencia, cada uno de los movimientos (musicales), en la concentración primero y en la afluencia de instrumentos de viento después, enfocados con "consuelo", en un sólo "cráter”, ampliado en su dimensión tan sólo para dar salida a tamaña "euforia". Pero eso sí, perfectamente orquestada.
Él, nos has regalado otra vez, quizás el rato más agradable de los últimos tiempos. Es lo que necesitamos, y como decía "el Miklos", no mentemos la "bicha". Él va camino de la segunda MEDALLA, esta vez por su chispa y su buen manejo del ingenio, literario y musical.
Por todo ello, pido tres "Hurras", por ÉL, su mujer de Él, y por todos sus Elitos.
EL BARDO.

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