Picota de Presencio

Picota de Presencio

lunes, 2 de agosto de 2010

MI OASIS

Todos en el transcurso de nuestra existencia, hemos debido alguna vez hacer frente a la superación de la travesía de un desierto, todos hemos tenido que soportar la tremenda aridez, que propone en ocasiones la vida. Ese desierto de finas arenas rubias, de aspecto atrayente en la lejanía, de belleza insultante quizás, pero siempre engañosa y tremendamente peligrosa que te sorprende en tu éxtasis contemplativo, cuando menos lo esperas, transforman en un instante la hermosura del color y la sedosidad de su tacto, en arma hiriente e inmensa, cuando empujada por el fuerte viento del siroco, golpea con inusitada fuerza tu cuerpo y rostro, provocando un sufrimiento casi imposible de soportar.

Por eso, todos entenderemos lo que supone mi reflexión, cuando en los momentos actuales, rodeados de tremendas tropelías, que sin apenas haber sido conscientes de su rápida llegada, nos hemos visto rodeados por sin razones insospechadas, podemos ser testigos de situaciones evidentes y cotidianas, como la exaltación de la indecencia, el aplauso de la irreverencia, la pérdida absoluta del respeto, la convivencia con la mentira, el poder de la osada ignorancia, le exposición irrefrenable de todas las miserias humanas, con el consentimiento y apoyo, de quienes deberían ser los árbitros de la educación y las buenas costumbres. Observamos como los llamados Padres de la Patria, ya no sé siquiera si será admisible hablar de Patria, se han olvidado por completo de sus obligaciones del parentesco, que siempre ha obligado a proteger y tutelar a los hijos.
Los principios de nuestro credo,la fé, patrimonio nuestro, de nadie más, se ven menoscabados. En cambio se abren polémicas en torno a otras creencias, a fin de conceder mayores asentamientos.
Somos testigos de la benevolencia que en ocasiones se trata, a los que constantementa infringen las leyes.
Matar cuesta poquísimo, violar, casi nada, y así un interminable rosario de infinitas cuentas que conforman un cúmulo de cosas que digeridas poco a poco, parecen carentes de importancia, pero que haciendo un alto en el camino, y reflexionando sobre el balance de todo, tienen una dimensión tan grande, que se hace un tanto imposible comprender qué ha sucedido para encontrarnos en una situación tan diametralmente opuesta, a la que nos legaron nuestros mayores tan sólo hace unos años.
¿Cuàndo nuestros ancestros iban a comprender que unos ediles, gobernantes, o gente supuestamente intachables, serían capaces de medrar,engañar, robar y enriquecerse gracias a su puesto prominente?.
Y menos, aún, ¿cómo entenderían que a algunos les sirviera para enseñorearse por los medios, además cobrando, y desde luego todos quedàndose con el producto de su fechoría?
Pues sí, con todo este cúmulo de porquerías, se ha formado un bolo alimenticio, que a la postre aquellas arenillas molestas, han engullido,han digerido, y han hecho prosperar en sus estómagos, transformándose en enormes ripios tan grandes ya, que aunque el viento sigue moviéndolos, el efecto en nuestro cuerpo y cara, ahora es insoportable.
Por eso en mi travesía por este desierto, cuando a lo lejos vislumbro erguidas palmeras de troncos fuertes y bien enraizadas, que proyectan prometedoras sombras, y sospecho claras y frescas aguas, sé que no es un espejismo.
Las palmeras adoptan la forma de cuerpos y caras familiares, tienen nombre propio, y un apellido común, AMISTAD.
Hoy he llegado, espero hacerlo aún muchos meses como hoy, rodeados de todos vosotros, ese es MI OASIS.


EL BARDO.

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